ESTIVILL O GONZÁLEZ, ¿DOS PEDIATRAS OPUESTOS?

El Doctor Eduard Estivill se ha hecho un hueco entre los famosos. Desde hace algunos años es un personaje mediático por su labor como pediatra y por unos métodos considerados innovadores. “Hábito y disciplina” parecen ser los criterios básicos de su sistema, el cual aplica a facetas tan diversas como el sueño, la alimentación o la educación.

El Dr. Estivill tiene una larga trayectoria a sus espaldas. Actualmente desarrolla su método en la Clínica del Sueño del Institut Dexeus de Barcelona, tras una larga trayectoria profesional y docente por centros de todo el mundo (EEUU, Francia, Colombia…). Su obra “Duérmete niño” fue el inicio de su notoriedad. Su último libro publicado se titula “Pediatría con sentido común: para padres y madres con sentido común” (Eduard Estivill, Gonzalo Pin, Plaza & Janes Editores, 2011). La obra ha sido definida como amena y directa, y aborda los problemas más habituales en las diferentes etapas del crecimiento, tanto físicos como psicológicos, acompañando fichas y resúmenes con alto valor pedagógico.

Sin embargo, no todo son elogios hacia el Dr. Estivill. Algunos afirman que su método no es innovador pues no hace sino seguir el del Dr. Richard Ferber, desarrollado en el Hospital Infantil de Boston desde hace más de 20 años. Otros no ven con buenos ojos el protagonismo de Estivill en los medios, en las redes sociales… La mayoría de sus críticos, no obstante, se centran en la hipotética dureza de sus métodos.

Por ello, parte de la opinión pública ha vuelto sus ojos hacia otro pediatra, el Dr. Carlos González. Este sería el representante de la otra escuela, la que intenta aportar mayor ternura, cuidado y tiempo a los niños, que dejarían de ser un objeto de disciplina para recibir la dedicación que por edad merecen. González se presentó al público con su obra “Mi niño no me come” (1.999), y es defensor activo de la lactancia materna y de la vacunación infantil. El título de su libro “Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor” (Temas de Hoy, 2006) es toda una declaración de principios. Las normas de González podrían calificarse como “el método de la abuela”.

Parece que la polémica entre los dos modelos está servida. Baste para ello el ejemplo del llamado “colecho”, que es la práctica de dejar dormir al bebé con sus padres. Para Estivill esto sería una práctica a corregir como debilitadora del niño. Para González, sin embargo, se trataría de una tradición muy beneficiosa, pues regula mejor la lactancia, favorece el desarrollo neuronal en la fase profunda del sueño y reduce el lloro nocturno y el estrés del bebé.

Los padres atienden a ambos modelos algo desconcertados, sin saber qué puede ser mejor para sus hijos. El método Estivill sería el de la “mano dura”, y el de González el de la “afectividad como prioridad”. El debate, pues, se anuncia interesante.