El otro día felicitábamos a Peppa-Pig por San José, día de los Pepes y Pepas. Y es que, aunque Peppa-Pig sea realmente inglesa, casi la consideramos ya como algo nuestro, familiar. Lo mismo ocurre en los 180 países donde este personaje ha llegado, o donde sus libros se han traducido hasta en 20 idiomas. El fenómeno de esta pequeña cerdita rosada se merece algunos comentarios.
¿Quién es Peppa-Pig? Dicho resumidamente, cabe describirla como un personaje de animación creado en 2004 que representa a una cerdita de 4-5 años, a su familia y sus amigos, y cuyos episodios duran 5 minutos contando escenas cotidianas en tono amable y algo travieso. Va destinado a un público de edad pre-escolar, pero acaba enganchando a niños más mayores y hasta a sus padres.
Peppa es bondadosa aunque también preguntona y curiosa, algo inconformista, terca y con muchas ganas de jugar y le encanta el barro.
Tiene un hermanito de unos 18 meses (George) que a veces se acompaña de su amigo Richard y un dinosaurio de juguete. Tiene una amiga, la oveja Suzy (todos los amigos son animales aunque muy “humanizados”) también risueña y buena compañera. Los padres de Peggy son bastante complacientes, y los abuelos son los más queridos de la niña pues siempre tienen pasteles de chocolate y otras delicias.
La historia comienza con tres jóvenes creadores ingleses llenos de ilusión: Nev Astley, Mark Baker y Phil Davies. Estando los tres en un pub discutiendo cómo crear una serie infantil, llegaron a varias conclusiones para elaborar un boceto. El personaje debería ser un animal, aunque con rasgos humanos. Pensaron en un cerdito, aunque pronto lo cambiaron al femenino pues las series con niñas pequeñas eran menos frecuentes. Construir un personaje con una cerdita tenía sus riesgos, pues ya existía la muy querida y mundialmente conocida cerdita Piggy (Miss Piggy, del Muppet Show), pero el resultado en ningún caso recuerda a ésta. Querían un tono amable que fuera aceptado por cualquier miembro de la familia; tonos brillantes, claros y nítidos para hacer las imágenes perfectamente comprensibles para los niños; usarían clichés copiados de los dibujos infantiles, como el poner la casa encima de una colina, o destacar los ojos como hacen los más pequeños al dibujar personas. La voz de Peppa la haría una niña de 12 años. El nombre viene de “peppery”, que en inglés significa “de sabor algo picante”. Los episodios serían muy cortos -5 minutos- para no generar líneas secundarias…
Parece que la fórmula elegida fue un acierto. Sin embargo, todo lo anterior no sería suficiente para explicar el éxito de Peppa si la serie no incluyera cierto carácter moral y educativo dentro de una gran sencillez, imaginativa pero no fantasiosa. Algunos psicólogos que han analizado la serie concluyen que ésta es bien recibida pues contiene siempre algo positivo, alguna moraleja o aprendizaje. Los padres no tienen ningún reparo en ofrecer a sus hijos este producto pues siempre añade alguna lección de carácter social, ecológico o afectivo, sin riesgos de contrapartida.
Así ha triunfado progresivamente la serie. 
Tras un inicio algo dubitativo en Reino Unido por una mala experiencia anterior del equipo Astley Baker Davies con la BBC, se pasó a una apuesta en Canal 5 y Nick-Jr en Estados Unidos. En España apareció en 2011, pudiendo seguirse en Disney Junior y Clan. Ha obtenido en dos ocasiones el Premo Bafta a mejor serie pre-escolar (y candidata en otras cinco). Su implantación en otros ámbitos es también creciente: editoriales (en el mismo Palacio de Buckingham se venden los libros Peppa conoce a la Reina y La historia del Príncipe George), merchandising, etc.
Incluso existe ya un Parque Temático dedicado a ella, el Peppa Pig World en Paultons, cerca de Southampton, que dispone de unas 60 atracciones pensadas para niños muy pequeños. Entre ellas encontramos la casita de Peppa, el coche de Papá Pig, el tren del abuelo, el colegio… Todo bastante entrañable, acorde con un mensaje de dulzura y sencillez que según parece ha calado como producto. Muchos padres estaban esperando algo así.