Puños fuera!”Quien tuviera el Puño de Mazinger-Z, podía considerarse afortunado”. Algo parecido leí el otro día en un artículo para nostálgicos del juguete, y creo que es acertado: quien por los años 80 tuviera un amigo, primo o vecino al que los Reyes Magos le trajeran un puño de Mazinger-Z, aspiraba a que se lo dejara un rato, al menos para experimentar la sensación.

  Tener el Puño de Mazinger-Z significaba varias cosas. La más importante era el sentirse igual de poderoso que el personaje más admirado del momento, el Super-Robot Mazinger-Z, cuyo piloto Koji Kabuto decía aquello depuño “¡¡Puños, fuera!!” en su lucha por el Bien. El objeto también era divertido por motivos menos televisivos: era un arma arrojadiza, lo que entusiasma a todo niño; daba sensación de fuerza y, sobre todo, su tenencia significaba que el dueño disponía de un lugar grande para jugar a sus anchas, pues no era fácil que en una vivienda ordinaria se permitiera a los niños lanzar tal artilugio. Y es que se trataba de un gran puño de plástico azul, hueco por dentro para introducir la mano y con una goma interior para impulsarlo como un tirachinas, lo que hacía recomendable no ponerse delante.

  Mazinger-Z fue un verdadero icono de los años 70-80. Lo creó el dibujante japonés Go Nagai en 1972 como personaje de Cómic (Manga), y de inmediato fue convertido en serie de televisión, siendo emitida por Fuji TV en el mismo año. De ahí pasó a muchos otros países, entre ellos a España, donde el 4 de Go NagaiMarzo de 1978 empezó a emitirse un conjunto de 32 capítulos (con una interrupción en los últimos pues la censura consideró la serie algo impulsiva) y donde posteriormente, ya en 1993, fue adquirida por Tele-5 y emitida en sus 92 capítulos completos.

  El culto a Mazinger-Z fue completo durante unas temporadas en toda la geografía española; se construyó una réplica colosal en Tarragona; un ninot gigante en las Fallas de Valencia… Aunque hoy parezca anticuado, los niños de entonces percibieron que el Robot era muy novedoso por varios motivos. Era la primera vez que una máquina así aparecía tripulada desde dentro, siendo una prolongación del propio cuerpo del humano; además, ese humano era un niño –Koji-, cuya compañera de aventuras era otra niña llamada Sayaka Yumi, que a su vez tripulaba a Afrodita-A. El padre de Sayaka era el profesor Yumi, que estaba al cargo de ambos Robots y de la estación científica donde trabajaba con el material secreto “japanium”.

  La serie tuvo un acierto conectando el mundo futurista del Japón con elementos occidentales, lo que facilitó su asimilación. Así, el “malo de la película” era el Doctor Infierno (Dr. Hell), quien había sido investigador en la isla griega de Rhodas y había encontrado allí numerosos autómatas que luego utilizaría como Robots para sus fines de control del mundo. Tenía a su servicio personajes como el Conde Broken (de clara apariencia germánica), o el Barón Ashler (o Ashura), resultante de la unión de dos momias. El que la lucha fuera del Bien contra el Mal se prestaba a múltiples lecturas. El mismo nombre de Mazinger-Z se compondría de las raíces niponas “ma” y “jin”, que combinan oscuridad y divinidad en una especie de jin-jang, superpuestas al nombre originalmente ideado (Energer-Z).

  Cabe reconocer que el producto suscitó cierta polémica pues el mensaje no acababa de estar claro: parecía que la única forma de defender el Bien fuera gracias a máquinas de gran poder destructivo. Es verdad que Koji y SayakaMazinger-Z estaba dotado de grandes recursos (rayo fotónico, huracán corrosivo, rayo congelante, fuego de pecho, guantelete de hierro…y el famoso ¡¡Puños fuera!!). Hoy nos parece arcaica la discusión pues modernamente hemos asimilado otros productos mucho más extremos y no por ello ha cesado el debate sobre los golpes entre Tom y Jerry o los refinados ataques del Coyote contra el Correcaminos.

  Es posible que los niños se preocupen mucho menos de tales cuestiones que los adultos. A los que lo fueran entonces les queda una estética y una magia, una canción (“La maldad, y el terror, Koji puede dominar, y con él, su robot, Mazinger…”), una música (de Akira Ifukube, compositor también para Gozilla), y el famoso Puño, mucho más interesante para aquellos niños que cualquier debate intelectual.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.