¿Se acuerdan de los Autos Locos? Algunos publicistas sí: en estos días se emite un anuncio televisivo de la casa Peugeot donde aparecen los legendarios Autos Locos. Ello ha servido para que muchos refresquen sensaciones de antaño.

  El anuncio, realmente, está muy bien hecho pues recrea aquellas carreras estrambóticas del “todos contra todos” en las que el protagonista (en el pasado, Pedro Bello, y en el anuncio el conductor del Peugeot) triunfa y se encuentra con la también encantadora Penélope Glamour. Tampoco falta el climax final contra Pierre Nodoyuna y la risita del perro Patán, del todo imprescindibles.

  Vale la pena recordar algunas cosas sobre aquella serie de dibujos animados. Lo primero que llama la atención es la huella tan perdurable que ha dejado en muchos de nosotros, en contraste con lo reducido de su producción. Realmente sólo constaba de 17 capítulos; cada capítulo duraba media hora y contenía dos carreras diferentes, resultando en total 34 carreras. Lo que ocurre es que eran tan trepidantes y entretenidas que no importaba verlas una y otra vez, porque siempre parecían novedosas. A esto contribuía el alto número de personajes (23), que siempre aparecían aunque fuera unos segundos.

  Los coches eran 11: El Rocomóvil de los Hermanos Macana; El Espantomóvil de Los Tenebrosos; El Auto/Súper Convertible del profesor Locovitch; El Stuka Rakuda del Barón Hans Fritz; El Compact Pussycat de Penélope Glamour; El Súper Chatarra Special del sargento Blast y el soldado Meekly; La Antigualla Blindada de Mafio y sus pandilleros; El Alambique Veloz de Lucas el granjero y el Oso Miedoso; El Superheterodino de Pedro Bello; El Troncoswagen Brutus y Listus, y el maravilloso Súper Ferrari Especial conducido por Pierre Nodoyuna y su perro Patán. Todos ellos se repartieron las victorias en uno u otro capítulo. Hasta la aparentemente desvalida Penélope fue la ganadora en 4 carreras.

  Todos ganaron alguna vez… excepto Pierre Nodoyuna, el eterno perdedor, que jamás quedó primero, ni segundo, ni tercero. El personaje es todo un hallazgo. Su origen y el de la serie está en la película de Blake Edwards La carrera del Siglo (The Great Race, 1965), donde los “buenos y bellos” Tony Curtis y Natalie Wood compiten contra el malvado y cenizo Profesor Fate -Jack Lemmon- y su ayudante Max Meen -Peter Falk-, sustituido en la serie por el perro Patán, todo ello aderezado con música de Henry Mancini. Los creadores Hanna-Barbera convirtieron la idea en una serie de dibujos animados que fue emitida por CBS entre 1968-70. Los coches y personajes fueron diseñados por Jerry Eisenberg y el perspicaz Iwao Takamoto (salvo en algún caso como Penélope, ideada por Joe Barbera). Para los guiones fue designado Mike Maltese, el mismo de El Correcaminos y el Coyote, especialista en productos de “persecución con trampas en que pierde el tramposo”. Muchos se preguntaban por qué se paraba Pierre Nodoyuna a preparar trampas a sus contrarios cuando él iba el primero, en lugar de seguir y ganar la carrera, pero la respuesta era sencilla: a él lo que le gustaba no era ganar sino que no lo hicieran los otros.

  Pronto pasó a otros países como España, donde parte de su éxito debe achacarse sin duda al acierto de los dobladores de voces así como de quienes adaptaron todos los nombres de vehículos y conductores. Espantomóvil (en lugar de Creepy Coupé), Profesor Locovitch (en lugar de Pat Pending), Penélope Glamour (por Penélope Pitstop)… El mismo Pierre Nodoyuna es un nombre perfecto, mucho más expresivo que el simple Dick Dastardly, o Patán frente a Muttley. En Estados Unidos le mostraron como italiano al frente de un Ferrari perdedor, con el mensaje subliminal de la inferioridad de la tecnología europea, mientras que en España se le dio al “malo malísimo” un acento francés mucho más efectista por nuestras tradicionales relaciones de vecindad. Algo tienen aquellos nombres que hacen que los recordemos casi de carrerilla.

  La serie tuvo varias secuelas, como Los peligros de Penélope Glamour, El Escuadrón Diabólico con Pierre Nodoyuna y Patán, o incluso la serie Risitas para éste último. Cada cierto tiempo vemos algún resto, alguna alusión a esta serie que es casi una pieza de museo; incluso se celebran carreras reales, como ocurre en España en Fresno del Camino, Ocaña o Alfaz del Pi. Hoy es un anuncio, y esperemos que no sea el último.