La muñeca Nancy puede equipararse a Sherlock Holmes y a Superman en cuanto al amor que le profesan sus fans. La prueba está en que, cuando estos tres personajes se encontraron en trance de desaparecer, fueron sus seguidores los que exigieron su continuidad.

   La muñeca Nancy de FAMOSA conoce desde 2006 -y tras unos años de letargo- un relanzamiento que comparte con otros muñecos emblemáticos de la marca como Los Barriguitas en 2007 o PinyPon en 2009. Si paseamos por Internet y por las redes sociales apreciaremos multitud de páginas, blogs y otros espacios dedicados a mantener la primacía de “la Nancy” a pesar de sus más de 40 años de edad. ¿Qué tiene esta muñeca que la hace tan especial?

   Quizá la clave estribe en que fue “el producto adecuado en el tiempo adecuado”. Digamos algo sobre su origen y evolución.

   No todos saben que la denominación FAMOSA no viene de “con fama” sino de “Fábricas Agrupadas de Muñecas de Onil, Sociedad Anónima”. Onil es un pueblo de Alicante que junto a otros vecinos como Ibi se dedican desde el siglo XIX a la fabricación de juguetes. Otro inmediato como Jijona se dedica desde hace siglos al turrón, lo que hace de su comarca (la Hoya de Castalla) un territorio vinculado totalmente con la Navidad. En Onil había, a principios del siglo XX, multitud de talleres que fabricaban muñecas principalmente de barro. En la segunda mitad del siglo cayeron en grave crisis debido a la introducción del plástico; la reacción fue la correcta: más de 25 fábricas se agruparon en 1957 bajo la dirección de un visionario, Ramón Sempere Quilis. La nueva empresa pudo adquirir maquinaria y materiales para lanzarse a conquistar el mercado español y, al poco tiempo, también el extranjero.

   Pensaron entonces diseñar una muñeca de éxito. La primera fue “Güendolina” (1958), a la que siguió “Pierina” (1959) que desbancó a la anterior por ser más barata y más bonita. No obstante, resultaba algo grande con sus 56 cm. Por ello se encargó al diseñador Tino Juan una nueva muñeca, dando como resultado la Nancy en 1967. Su formato final, reducido a 42 cm., la hacía mucho más manejable para las niñas, más barata por usar menos material, y más fácilmente empacable en sus estuches. Eso le propició un éxito inmediato.

  Pero no sólo era importante el precio, o la manejabilidad. Nancy llegó justo en el momento en el que las niñas y jóvenes españolas querían un futuro más personal e independiente, y menos ligado al modelo femenino clásico de la maternidad. La muñeca Nancy les permitió vivir ese sueño con un sinfín de complementos y personajes, los pantalones, la moto, el coche, los trajes de enfermera, de azafata, de discoteca… el “armario de Nancy” (1973) era un sueño para tantas niñas que soñaban con su propio cuarto y su propio espacio para guardar secretos, cosas que hoy parecen poco importantes pero que entonces eran signos de una nueva sociedad embarcada en la “liberación de la mujer” y en la transición democrática. Aparecieron peinados atrevidos, postizos, complementos de estética, bolsos, maletines… también se creó para ella una hermana pequeña (Lesly) y un amigo (Lucas) que ayudaron a que Nancy fuera el centro de un círculo de personajes.

  Esos primeros años fueron la época dorada en la que todo parecía encajar. En 1972, las muñecas de FAMOSA se hicieron protagonistas de un villancico navideño que aún hoy se sigue considerando un prodigio y un arquetipo.

  En esa primera etapa, el éxito de Nancy se debió a su capacidad de adaptación a los tiempos, no sólo en cuanto a su personaje sino incluso a su diseño. Los coleccionistas saben que, aunque apenas perceptibles, existen multitud de versiones en cambio continuo. Prácticamente lo único que permanece desde el inicio es el nombre de la muñeca (al parecer, los dueños de FAMOSA eran muy amigos de un matrimonio de cubanos en el que la esposa se llamaba Nancy, y con quienes perdieron el contacto para siempre al estallar la revolución cubana de 1959, lo que motivó el que dieran a la muñeca el nombre de la amiga cubana, como recuerdo de su amistad).

  En cuanto a los rasgos de Nancy, muchos de ellos evolucionaron con el tiempo. En los años 60-70, el iris de sus ojos mostraba un dibujo semejante al de pétalos de margarita, y sus pestañas eran más rectas y oscuras. Las primeras Nancy tenían la cintura fija, brazos de vinilo duro y tobillos gruesos. A mediados de los 70 y por varios años aparecerán modelos articulados que permitían girar la cabeza e inclinar el cuello. Poco a poco, los tobillos se harán más delgados, y los brazos más gráciles. El pelo solía ser rubio o castaño, aunque no faltó alguna Nancy muy morena con traje de geisha. El peinado podía variar, y de hecho a las niñas les gustaba modelar por sí mismas la melena de la muñeca. No faltaron tampoco los modelos exóticos de muñecas de piel negra y pelo “afro”.

  En los 80 se introducen otras variantes. La cintura deja de ser articulada; los ojos incluyen vetas de color en el iris, las cejas se dibujan más y las pestañas se arquean. El rostro adquiere más expresión añadiendo el rabillo del ojo o una tez pecosa, por no hablar de la modulación de caracteres desde el lunar de la amiga “Selene” a la “Nancy Cumpleaños” pasando por la ”Oriental” o la discotequera. Los años siguientes conocieron una explosión de variantes, en cuestiones tan del gusto de los coleccionistas como el trazado de los rasgos, las cejas, los ojos, la marcas de fábrica, el grueso de los labios…

  El momento de peligro llegó en los 90, con la competencia de una Barbie venida de América que entusiasmó a las niñas con su imagen mucho más ligera y atractiva. El golpe fue duro para Nancy, que en 1996 dejó de fabricarse. FAMOSA ideó entonces la Nancy Maniquí, más pequeña y de rasgos mucho más cercanos a Barbie, pero no acababa de remontar. Entonces llegó el año 2000. Los seguidores de Nancy no se resistían a su desaparición, como los de Sherlock Holmes no admitían que éste hubiera muerto a manos del Dr. Moriarty o Superman a manos del malvado Doomsday. Mandaron cartas, mails y mensajes de todo tipo rogando la vuelta de su muñeca favorita.

   Es así que FAMOSA se decidió a lanzar la Nancy Colección. En 2004 salió al mercado la Nancy Top, con reminiscencias de las muñecas Braz y con sus amigas Diana, Carol y Nora. Por fin en 2006 reaparece la muñeca Nancy de siempre aunque con un estilismo renovado y cierto acercamiento de sus rasgos a una fisonomía anglosajona, ello sin perjuicio de mantener ciertos guiños hacia el modelo clásico como ocurre con la muy reciente “Nancy Flamenca”, de serie limitada. Estos cambios no son ajenos a los vaivenes internos que ha conocido FAMOSA en los últimos años, en los que se ha apreciado un mayor interés en competir con los modelos norteamericanos y se ha propiciado la entrada de capital estadounidense (Sun Capital) en la firma y la instalación de una planta fabril en Monterrey (México). En esta segunda etapa, por tanto, el factor de éxito habrá de ser una combinación de nostalgia y de apuesta por el futuro.